Salir de la industria de la restauración, Cerveza Black HogTom Sobocinski, propietario y cofundador de Black Hog, quería crear cervezas que maridasen bien con la comida. Para enlatar su cerveza, Black Hog trabajó con una empresa conservera ambulante, pero una vez aumentada la producción, les resultó difícil programar los horarios.
A continuación, Black Hog decidió comprar una línea de enlatado barata, que finalmente no pudo seguir el ritmo de su crecimiento; hacían funcionar la máquina con tres personas durante doce horas al día. La máquina se averiaba con frecuencia, lo que costaba dinero y provocaba importantes retrasos en su programa de producción.
Desde entonces, Black Hog ha adquirido una enlatadora Wild Goose, que, según Sobocinski, "nos ha ahorrado incontables horas de inactividad, pérdida de ingresos y estrés de los operarios". Además, el producto final
producto es simplemente mejor. Nuestro oxígeno disuelto es extremadamente bajo y la cerveza en lata es de la máxima calidad posible".